El padre de Déborah Fernández y una amiga de la joven cuyo cadáver fue localizado diez días después de su desaparición cuando practicaba deporte en el entorno de Samil, en Vigo, en 2002, declararán mañana como testigos en el Juzgado de Instrucción número 2 de Tui.
Será la primera declaración en sede judicial del padre de Déborah en una causa que ha sido reabierta varias veces, la última, a finales del año pasado, a escasos meses de que prescribiera.
A continuación declarará por vídeo conferencia una amiga de la chica que vive en el extranjero. Tras la última reapertura de la causa han declarado trece personas, todas ellas del entorno social de Déborah Fernández, con las que se trata de reconstruir las horas previas y posteriores a su desaparición.
El pasado enero, uno de esos testigos comentó brevemente a los medios que su entorno confía en "saber quién es el culpable". Mientras, los familiares de Déborah Fernández esperan que se acabe "haciendo justicia" y aclaran que no promueven ningún tipo de "caza de brujas" sino que lo que quieren es que "se esclarezca la verdad".
Deborah Fernández-Cervera, desaparecida cuando hacía deporte en la zona de Samil, en Vigo, en 2002, fue hallada muerta diez días más tarde desnuda entre unos matorrales junto a la carretera C-550 en O Rosal (Pontevedra).
La causa judicial fue archivada en 2010, pero una campaña impulsada por la familia de la chica ante la cercanía de la prescripción del delito, en 2022, permitió la aparición de nuevos testimonios y la práctica de nuevas diligencias que derivaron en su reapertura.
Por medio de un auto de 7 de noviembre, la magistrada del Juzgado de Instrucción 2 de Tui acordó la reapertura de las diligencias para la práctica de nuevas pruebas periciales, mientras que en otro auto, del 25 de noviembre, la jueza denegó diferentes pruebas propuestas por la familia pero aceptó inicialmente la declaración en calidad de testigos de siete personas. Luego se han sumado las seis que declararon en enero y otras dos que lo harán mañana.