viernes. 21.03.2025
La familia de Déborah Fernández-Cervera, la joven viguesa cuyo cadáver fue hallado en mayo de 2002 en una cuneta en la localidad de O Rosal, ha manifestado este jueves “malestar e incredulidad” por diversas actuaciones en la instrucción de la causa, a la que ayer aportó un escrito con alegaciones.

Así, respecto a la respuesta de la Unidad Central de Delincuencia Especializada y Violenta (UCDEV) de la Policía Nacional, según la cual no puede aportar nueva información sobre el acta de recogida del disco duro de Déborah ni sobre el análisis de su correo electrónico, la familia manifiesta que sólo puede haber dos lecturas.

“Una primera es que nos están tomando el pelo a todos los actuantes en este procedimiento”, dice la familia en un comunicado; la segunda sería que “habrían faltado a la verdad” en el oficio de 2019, en el que “de modo claro e inequívoco” la Policía afirma que llevó a cabo un examen del correo electrónico de Déborah, pese a que en aquella época no existían los teléfonos inteligentes.

Además, la familia ha solicitado que se unan a la causa como pieza de convicción los vestigios enviados por la Policía tras el “hallazgo” del nuevo legajo, que se le señale día y hora para proceder a su examen personal y que se les entregue las cintas y los los 6 DVD obrantes con la copia digital de las cintas VHS.

La familia también ha manifestado que “resulta inadmisible” que, por parte de la Policía Nacional, no se permita que estén presentes los peritos de las partes en la pericia encargada a dicha unidad para intentar el acceso al terminal móvil “aparecido” en un legajo, por lo que solicita que se permita la presencia de los peritos en las actuaciones tendentes al examen del teléfono móvil hallado.

Por último, y respecto al escrito presentado por el exnovio de Déborah, única persona investigada en la causa, en el que se opone a la declaración del doctor Aitor Curiel, autor del informe que determina que la causa de la muerte de Déborah es homicida, la familia y sus abogados se preguntan cuál es el interés de que el doctor no declare si, como afirma la defensa, nada tiene que ver con los hechos el exnovio de la joven.

"Malestar e incredulidad" en la familia de Déborah