jueves. 28.03.2024

La sección cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra ha condenado a once años y medio de cárcel, por un delito continuado de abusos sexuales con penetración y abuso de superioridad, a un hombre que abusó repetidamente de la hija de su pareja, que en el momento de los hechos tenía 14 años.

El tribunal también le ha impuesto la prohibición de aproximarse y comunicarse con la víctima durante un tiempo superior en cinco años al de duración de la pena de prisión, así como, durante el mismo periodo, la inhabilitación para cualquier profesión u oficio que conlleve contacto regular y directo con menores.

Además, deberá cumplir nueve años de libertad vigilada e indemnizar a la afectada con 40.000 euros. Los magistrados consideran acreditado que el sospechoso abusó de la menor en cuatro ocasiones durante los meses de octubre y noviembre de 2016, poco después de que la madre de la víctima se fuese a vivir con él a su casa, a la que la menor acudía en periodos vacacionales y fines de semana mientras vivía con su abuela.

Se basa el tribunal, en primer lugar, en el testimonio de la víctima, que considera “absolutamente coherente y sólido”, según la cual el acusado le decía que “si lo ocurrido se lo contaba a alguien, él iría a la cárcel, pero ella iría a un centro de menores y perdería a su familia y amigos”.

Se basa también en el testimonio de la madre y en el de la psicóloga clínica a la que acudió después de romper con el acusado.

A una de las sesiones entre ambas acudió el acusado, ya ex pareja de la madre, quien reconoció haber mantenido relaciones sexuales con la niña, aspecto que él negó durante el juicio.

También se basan los magistrados en la pericial psicológica sobre credibilidad del testimonio elaborada por psicólogas del Imelga, en el que las peritos concluyeron que el relato que había efectuado la menor en el momento de la denuncia y durante la instrucción del procedimiento era creíble y consistente.

En cuanto al abuso de superioridad, el tribunal considera probado que el acusado hizo ver a la menor que su padre biológico era una mala persona porque maltrataba a su madre y la engañaba, consiguiendo que la niña se distanciara de él y comenzase a ver a la pareja de su madre como a un padre.

Esa confianza fue la que le permitió meterse en la cama de la menor con la excusa de que le dolía la espalda a causa de una hernia y abusar de ella, ante lo que la menor no reaccionó “al entrar en shock” la primera vez, mientras que las siguientes sólo esperaba que terminase cuanto antes.

En el testimonio de la víctima el tribunal no aprecia “la existencia de datos que lleven a considerar que pudiera haber fabulado o inventado o que pudiera haber sido inducida o manipulada para incriminar al acusado”.

Los magistrados también destacan “la minuciosidad y objetividad de las psicólogas forenses en la elaboración del informe de credibilidad de la víctima y en la obtención de sus conclusiones”.

Por todo lo anterior han impuesto al acusado la pena de once años y medio de prisión en una sentencia contra la que cabe interponer recurso de apelación ante la Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Galicia (TSXG).

Once años y medio de prisión por abusar sexualmente de la hija de su pareja