jueves. 28.03.2024

Un Juzgado de Vigo ha paralizado, a instancias de Abanca, la subasta del piso de una familia uruguaya con dos hijas de 10 y 17 años y una nieta recién nacida, cuya hipoteca, firmada en 2007, dejó de pagar por no poder hacer frente a mensualidades de 960 euros.

 

La subasta estaba prevista para este mediodía, pero horas antes la entidad presentó en el juzgado, por medio de un procurador, la suspensión de la misma, según confirmó la abogada de oficio de la familia, Begoña Carrera, quien espera que le sea concedida la dación en pago y un alquiler social hasta que acabe el curso escolar. José Enrique Casanova, transportista de 45 años, y Laura Velázquez, empleada de limpieza de 43 años, están viviendo en Vigo desde hace trece años y en 2007 compraron un piso por 160.000 euros porque entonces tenían recursos para hacer frente a la hipoteca.

 

El padre de familia, aparte de la empresa de transportes para la que trabajaba, tenía otras vías de ingreso, y su esposa, dos sueldos, pero tras el estallido de la crisis él fue despedido, aunque luego lo contrató otra compañía, y ella perdió uno de los trabajos. "No podemos pagar lo que nos piden, no nos da", ha proclamado Laura Velázquez a las puertas de los juzgados donde se iba a celebrar la subasta de su vivienda.

 

"Somos una familia humilde, no tenemos ahorros ni riqueza de ningún tipo. Pedimos, por favor, que se queden con el piso", ha implorado la afectada, quien ha recordado que la vivienda se ha revalorizado porque hicieron reformas tanto en el exterior como en el interior.

 

Se ha quejado de que, "lamentablemente", hayan tenido que "llegar a esto, a mostrar nuestras caras, a que todo el mundo nos vea", para que la subasta se haya suspendido, pues ha recordado que desde que empezaron a verse en apuros económicos pidieron al banco "una negociación". Laura Velázquez ha detallado que la última propuesta de la entidad acreedora era que les aplazaban la deuda durante cinco años, en los que se quedarían pagando entre 180 y 200 euros, pero pasado ese plazo, y en función del IPC, tendrían que abonar al mes unos 1.500 euros. La aspiración de esta familia que hace trece años hizo las maletas con "el sueño todo emigrante: estar un poco mejor", es mudarse a otro piso que puedan pagar.

 

Su abogada, Begoña Carrera, ha confiado en que una vez suspendida la subasta, puedan llegar a una "solución viable para la familia" después de siete meses de diálogo infructuoso. Ha recalcado que Abanca se ha negado a la dación en pago porque los dos cónyuges tienen ingresos y ha conjeturado con que hoy haya paralizado la subasta por "la presión mediática y social" y ante el temor de que su imagen se pueda ver "dañada".

 

La letrada ha abundado en que "la mejor imagen" que puede dar una entidad bancaria es "no solo firmar códigos de buenas prácticas sino demostrar que se comporta correctamente y que no es ajena al drama social de los desahucios". Cree "paradójico" que entidades bancarias rescatadas con dinero público "trasladen las consecuencias de toda la locura de las vacas gordas de la burbuja inmobiliaria a los ciudadanos" y condena que en España se "avala la especulación financiera de los fondos buitres, pero no se contempla la dación en pago en situaciones injustas".

 

Juan Blanco, coordinador de la oficina de intermediación hipotecaria de Avogados Novos de Vigo, que ha asesorado a esta familia uruguaya, ha alertado de que en los últimos meses ha habido un repunte de los señalamientos para desahucios y subastas judiciales en la ciudad y su área. "Es un drama social que no ha pasado de moda", ha prevenido el coordinador de esta asociación que en estos momentos brinda asesoramiento gratuito a unas 25 familias. Blanco ha recordado que una sentencia del Tribunal de Justicia de la UE paralizó todos estos procedimientos, pero ahora "parece" que los bancos y otras entidades acreedoras están solicitando las subastas y desahucios para poder sacar más bienes inmuebles al mercado, "sin importarles que estén habitados".

 

Paralizan la subasta del piso de una familia con dos hijas y una nieta