Un radioaficionado ha captado una transmisión del satélite Humsat-D que la Universidad de Vigo puso en órbita en 2013 y que, presuntamente, había realizado su última transmisión hace siete años y 44.707 órbitas a la Tierra.
“Hace unos días, a través de un documento que realizó un radioaficionado mediante una red social a SpaceLab preguntando el estado de Humsat-D, pudimos confirmar que el satélite estaba activo. La señal recibida es sin duda la de Humsat-D”, ha dicho a la revista de la universidad Fernando Aguado, uno de los docentes e investigadores coordinadores de la Agrupación Aeroespacial de la UVigo.
Este grupo diseñó, construyó y operó el Humsat-D, que fue lanzado el 21 de noviembre de 2013 a bordo del cohete DNPER desde el cosmódromo ruso de Yamsy al espacio.
El satélite se desarrolló al abrigo del Basic Space Tecnology Initiative (BSTI) de la Oficina del Espacio de la ONU con el apoyo de la Oficina de Educación de la Agencia Espacial Europea (ESA) y del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), y fue el segundo ‘cubesat’ que estudiantes y docentes de la UVigo lanzaron al espacio tras poner en órbita el Xatcobeo el 13 de febrero de 2012.
Aunque tenía prevista una vida últil de seis meses, el Humsat-D, finalmente fue operado durante un año, hasta que en 2014 los ingenieros encargados de la operación del satélite, durante un pase de comunicaciones, dejaron de recibir las transmisiones.
“En la órbita siguiente pudimos comprobar que el satélite volvía a transmitir en modo ‘survival’, pero al día siguiente dejó de responder a los comandos y no volvió a transmitir”, recuerda Aguado.
En los siguientes dos meses, y luego de forma puntual, se intentó sin éxito contactar, de modo que se interpretó que “el satélite estaba no operativo”.
Eso hasta ahora, que se ha recibido una señal que sin duda es la del Humsat-D.
Aguado detalla que la señal está codificada en morse e indica que es el cubesat de la UVigo. Además incluye el voltaje de la batería, “que parece que se encuentra a un buen nivel”.
El satélite se encuentra a una altura de 615 kilómetros y en los últimos días su señal fue captada en la estación que se encuentra en la Escuela de Ingeniería de Telecomunicación de la UVigo, así como por numerosos radioaficionados en todo el mundo, incluida la red de seguimiento de satélites que operan en la banda de radioaficionados Satnogs.
Según Aguado, “recibir transmisiones ocho años después de su lanzamiento es algo totalmente inusual” en satélites como Humsat-D, creado para ser el demostrador de un servicio de comunicaciones punto a punto en abierto de banda de radioaficionados, que permitió comprobar que en pequeños satélites era posible proveer un servicio conocido hoy como Internet de las Cosas.
Aguado recuerda que los fallos en las misiones iniciales eran muy elevados, y entre los que funcionaban, se podía esperar una vida media de entre seis meses y hasta cuatro o cinco años en casos excepcionales.
Por eso, los integrantes de la Agrupación Aeroespacial trabajan en la recuperación tanto del software como del hardware utilizados hace ocho años para volver a montar una nueva estación de comando.
“Esperamos poder ponerla en funcionamiento para, no solo recibir datos de forma pasiva, sino también para intentar comandar el satélite y recuperar el registro de satélite y mensajes de error que, eventualmente, pudieran darnos una pista de lo que sucedió justamente antes de pararse la comunicación”, explica.