viernes. 19.04.2024

El conocido como 'violador de O Morrazo', un hombre acusado de al menos tres agresiones sexuales en esta comarca pontevedresa, ha sido condenado a veinte años de cárcel por uno de estos asaltos, el que sufrió una septuagenaria de Bueu.

La Audiencia de Pontevedra le considera culpable de los delitos de agresión sexual, lesiones y robo con violencia y, junto con la pena de prisión, le impone diez años de libertad vigilada y una orden de alejamiento por el mismo tiempo tras su salida de la cárcel.

Deberá además indemnizar a la víctima con 13.750 euros y pagar las costas del juicio.

En su sentencia, los magistrados destacan que el acusado, que tiene ahora 44 años, "conocía perfectamente" la casa de la víctima, en donde se produjo la agresión sexual, ya que había realizado diferentes trabajos de albañilería en ella en épocas previas.

Los hechos se produjeron en marzo de 2017 cuando, de madrugada, el violador rompió los cristales y los barrotes de aluminio de la puerta de la vivienda y accedió a su interior hasta llegar al dormitorio de la víctima, que vivía sola y estaba durmiendo.

Para evitar ser identificado, según declara probado el fallo judicial, vestía ropa oscura y cubría su cara con un pasamontañas.

Tras encender la luz del dormitorio y sorprender a la mujer, quien intentó sacarle el pasamontañas, la empujó hacia atrás, la abofeteó, le sacó por la fuerza el pijama, la amordazó con cinta aislante alrededor de la cabeza y de la boca, le tapó la cara con la ropa de la cama y le ató con cuerdas las manos hacia atrás y los tobillos a cada uno de los lados de la cama.

A continuación la violó y, con la intención de eliminar cualquier vestigio o resto biológico, cogió una botella de vino y, tras verterla en la sábana bajera de la cama, limpió con un trozo de ella los genitales de la víctima.

Aprovechando el estado en el que se encontraba la mujer, los jueces consideran acreditado que revolvió su bolso y los armarios, de los cuales sustrajo 1.250 euros y antes de huir, para evitar que la afectada pidiese auxilio, tiró su teléfono móvil a la basura.

El tribunal destaca que, además del ADN del acusado encontrado en el lugar de los hechos, también se situó su teléfono en las inmediaciones de la casa de la víctima, y subraya que la declaración de la víctima fue "veraz, creíble y sin contradicciones".

La sentencia también subraya la declaración del agente de la Guardia Civil que instruyó el atestado, que afirmó ante el tribunal que la investigación sobre este violador en serie se inició en julio de 2016, después de que la expareja de su hermano denunciase su agresión.

En septiembre de ese año, la mujer de su hermano, con la que estaba en trámites de divorcio, también denunció una violación en Cangas y el tercero de los hechos que se le imputaban era la agresión sexual de esta mujer de 75 años.

El guardia civil destacó que en los tres casos "se daba el mismo modus operandi" y que en los dos primeros el vínculo era que ambas víctimas habían sido parejas del hermano del acusado. 

Veinte años de cárcel para un hombre que violó a una septuagenaria en Bueu