jueves. 28.03.2024

Lo que el viento no se debe llevar

Ya no son proyecciones de futuro. Ya es una realidad inminente. Hemos entrando en una etapa de transición hacia las energías renovables que ya no tiene marcha atrás...

jose-luis-vilanova-p

Ya no son proyecciones de futuro. Ya es una realidad inminente. Hemos entrando en una etapa de transición hacia las energías renovables que ya no tiene marcha atrás. Estamos escribiendo el punto y aparte para las energías derivadas de los combustibles fósiles. Pronto serán historia u ocuparán un papel residual en el desarrollo de las sociedades avanzadas.
Y, mira tú por donde, resulta que Galicia es un paraíso, un tesoro para este tipo de nuevas energías. Tenemos unas condiciones excepcionales para la implantación de las tecnologías que tienen que ver con la sostenibilidad y con las energías verdes. Gozamos de recursos para casi todas. Y algunos de esos proyectos, como es el caso de los parques eólicos marinos, van a convertirse en realidad muy pronto.

Bienvenidos sean, pero hay una cuestión que no se debe olvidar. Y es que la mayoría de los recursos que posibilitan estas nuevas energías, como es el caso del viento, son de todos. Y, por tanto, a todos, deberían llegarnos los beneficios que reporte su explotación.
Y cuando digo todos, no hablo de un todos genérico. No hablo del conjunto de la sociedad en modo abstracto. No, hablo de todos y cada uno de nosotros. Uno por uno.

Los gallegos no podemos volver a consentir que se repita el error en el que ya caímos en anteriores ocasiones, como nos pasó con los embalses o con los primeros parques eólicos. Que las empresas energéticas o las encargadas de gestionar estas explotaciones "saldasen" su deuda con un único pago, dependiendo de a como se cotizase el kilo del político local de turno, y adiós muy buenas.

Esta vez, no. Ya esta bien de que exploten nuestros recursos por los siglos de los siglos, nos den una limosna que nadie sabe como se distribuye y que después los gallegos tengamos que pagar la energía al precio que ellos quieran. Esta vez tiene que ser la ciudadanía, pero ya digo, persona por persona, la beneficiaria de la explotación de unos recursos que, insisto, son de todos. Y que no me digan que no hay formulas para hacerlo, porque a mí se me ocurren unas cuantas. Desde una cuota directa que reciban todos y cada uno de los ciudadanos de un determinado territorio, a una exención de impuestos (el Concello recibe el pago de las energéticas pero se lo "entrega" a la ciudadanía eximiéndole del abono de determinados impuestos), o la eliminación de los peajes a la movilidad. Por citar tres soluciones. Pero si alguien desea alguna otra, que me llame que gustosamente se las ofrezco.

Precisamente, uno de esos proyectos para la creación de nuevas energías renovables es el ya anunciado por Maesrk para ubicar en nuestra comunidad una fábrica de producción de metanol verde, del que hable la pasada semana en esta misma sección.

Pues bien, en estos últimos días hemos sabido, por declaraciones del presidente de la Autoridad Portuaria de A Coruña, que responsables de la naviera danesa ya han establecido contactos con el puerto coruñés e incluso han visitado las instalaciones de Punta Langosteira de cara a su posible instalación allí. Me gustaría saber si algún responsable de alguno de los tres puertos de interés general de la provincia de Pontevedra se ha puesto con contacto con Maersk o ha cursado invitación a sus directivos para que visiten sus instalaciones y contemplen también la posibilidad de instalarse en alguno de ellos.

Creo que es lo primero y lo mínimo que se debería hacer, sobre todo teniendo en cuenta de que estamos hablando de una provincia que no es que esté, precisamente, sobrada de proyectos que puedan generar empleo y renta para quienes en ella vivimos.

Lo que el viento no se debe llevar