viernes. 19.04.2024

Un paso por detrás

Perdonen que insista, que diría Matías Prats, pero es que aquello que tantas veces nos habíamos temido, por fin se ha consumado. Y encima nos lo disfrazan de favor...

 

Perdonen que insista, que diría Matías Prats, pero es que aquello que tantas veces nos habíamos temido, por fin se ha consumado. Y encima nos lo disfrazan de favor.

El presidente Pedro Sánchez Pérez-Castejón aprovechó su visita del domingo a Santiago para anunciar una vez más, y ya he perdido la cuenta de cuántas veces lo han hecho, la inminente reducción de los peajes de la AP-9. ¡Qué digo reducción! La “drástica reducción”, según sus propias palabras. Ahí es nada.

Pero no quedó ahí la cosa. El presidente del Gobierno de la Nación se vino arriba y aseguró que la medida en cuestión, y cito de nuevo literalmente, es “una prueba inequívoca” del compromiso de su gobierno con Galicia. ¡Toma ya!

Pero lo cierto es que más allá de proclamas institucionales de cara a la galería y de los brindis al Apóstol bajo el cielo teñido de bicolor por la patrulla Águila, el anuncio de Sánchez es faso de toda falsedad. Porque la reducción de los peajes ni es drástica, ni cumple con lo acordado con el BNG – Bloque Nacionalista Galego – en el pacto de Gobierno ni, mucho menos, es prueba de ningún compromiso. Todo lo contrario. Lo que atestigua es que Galicia sigue quedándose un paso por detrás en lo que se refiere a competitividad.

Porque mientras la mayoría de las comunidades autónomas no tengan peaje por la movilidad y Galicia lo siga manteniendo, por mucho que ahora se bonifique en unas concretísimas y muy específicas condiciones, seguiremos en inferioridad de condiciones competitivas. Da igual que en vez de 10 ahora vayamos a pagar 5 (y eso solo en la AP-9, porque en el resto de autopistas autonómicas, seguiremos pagando 10). Si el resto no pagan nada, seguiremos yendo un paso por detrás.

Y me molesta especialmente que venga a sacar pecho del asunto un presidente socialista, toda vez que se supone que lo que los principios del socialismo procuran es evitar las desigualdades y las asimetrías. Un presidente que, además, sabe de sobra, como lo sabemos todos los gallegos, que no es justo que esta situación se mantenga hasta el 2048. Eso si la concesión no se prorroga aún más allá. Que ya veremos.

Y un apunte más, antes de despedirme hasta el mes de septiembre. Tiene que ver con la obligatoriedad impuesta por el Ejecutivo de prohibir los pagos en metálico superiores a 1.000 euros. Que no me parece mal. Por mí como si quieren hacer desaparecer el dinero físico. No hay problema. Pero lo que no se puede es obligar a la gente a realizar los pagos a través de las cuentas bancarias sin exigir de forma paralela a los bancos que dejen de cobrar comisiones por la gestión y el mantenimiento de esas cuentas. No se puede legislar una cosa sin la otra.

Porque no es que yo decida voluntariamente utilizar una cuenta bancaria para la realización de una determinada operación. Es que el Gobierno me obliga a ello. Pero, lógicamente, a mí no me tiene por qué salir más cara esa operación por el hecho de tener que hacerla obligatoriamente a través de una cuenta. Los bancos tienen un sinfín de maneras de financiarse. No nos impongan que nosotros, a través de nuestros pagos, seamos otra de ellas.

Feliz verano a todos. Nos encontramos de nuevo en septiembre. Tal cual, espero.

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