viernes. 29.03.2024

Esto no va de derechas ni de izquierdas

Hay determinadas cuestiones que por su relevancia y por el hecho de que son sustanciales para el conjunto de la sociedad, e incluso para el sostenimiento de la democracia, deberían quedar fuera del juego partidista...
jose-luis-vilanova-p
Hay determinadas cuestiones que por su relevancia y por el hecho de que son sustanciales para el conjunto de la sociedad, e incluso para el sostenimiento de la democracia, deberían quedar fuera del juego partidista. A la hora de abordarlas o analizarlas, la cuestión no es si se realiza desde la perspectiva de la izquierda, de la derecha o del centro. Esto no va de eso. Esto va, ya digo, de respeto y de democracia.
Por desgracia, el actual Gobierno de España y su presidente nos tiene acostumbrados a saltarse a la torera las normas en este tipo de cuestiones trascendentes y hacer lo que le plazca con tal de salvar un puñado de votos que le garantice mantenerse en el poder.
La cuestión es que los ciudadanos se están cansando de esa actitud y de ese modo de ejecutar la política y pasa lo que pasó, por ejemplo, el pasado fin de semana en Madrid: que salen a la calle en masa. E insisto, ni siquiera se trata ya de si eres de izquierdas o de derechas. Ni tampoco de que lo diga yo, que no faltará quien apunte que estoy escorado hacia un lado. Es que a las pruebas de remito. La movilización contra Sánchez del pasado sábado estuvo precedida por la publicación de un manifiesto contra la modificación de los delito de malversación y sedición, entre cuyos firmantes figuraban destacados políticos del Partido Socialista, como el exministro de Cultura, César Antonio Molina; el exministro de Obras Públicas y exportavoz del grupo socialista en el Congreso, Javier Saenz Cosculluela; el exministro de la Presidencia, Virgilio Zapatero; el exministro de Defensa y Sanidad, Julián García Vargas; el exministro del Interior, José Luis Corcuera, todos ellos del PSOE; el exalcalde de A Coruña, Francisco Vázquez, el exsecretario general del PSE, Nicolás Redondo Terreros; el exvicepresidente de la Junta de Andalucía, Manuel Jiménez Barrios; así como varios exdiputados socialistas.
Se escudó el gobierno de Pedro Sánchez para reformar los delitos de sedición y malversación en el Código Penal en que las penas por estos delitos en España debían ser homologadas con las del resto de los países de la Unión Europea. Pero poco le ha durado el engaño y tan burdo argumento. El comisario de Justicia de la UE anunció hace unos días que la Unión está estudiando si la reforma llevada a cabo por el Ejecutivo español vulnera las reglas antifraude comunitarias. A pesar de ello, no he escuchado a nadie retractarse. Ya nadie habla del tema. No entiendo como la memoria de la sociedad española es tan frágil a la hora de tener en cuenta lo que se está haciendo con nuestras libertades.
Yo lo que reivindico y por lo que peleo es por una sociedad civil que se pueda defender de los abusos. Y en vez de eso, ¿qué tenemos? Un Gobierno que legisla para sí mismo y para sus amigos. Que libera de penas a políticos y funcionarios, que son quienes pueden malversar.
Tenemos un Gobierno que incumple una y mil veces sus propias palabras. Un Gobierno que ganó unas elecciones diciendo unas cosas y que lleva mucho tiempo haciendo las contrarias. Un Gobierno, al que por eso, podemos calificar de ilegítimo. Porque nada deslegitima más que el incumplimiento de la palabra dada. Y en eso Pedro Sánchez nos puede dar lecciones. Pero solo en eso: en incumplir. En el resto, mejor que se calle y que escuche lo que le dicen desde la calle, desde la Unión Europea o desde su propio partido.
Esto no va de izquierdas, de derechas ni de centro. Esto va de sentido de común. Y tenemos un Gobierno que si de algo carece, es de eso.

Esto no va de derechas ni de izquierdas