lunes. 12.05.2025

Castigados con más de lo mismo

Al contrario de lo que he escuchado decir a algunas voces amigas, yo no estoy en contra de que alguien se tome unos días para reflexionar..

jose-luis-vilanova-p

Al contrario de lo que he escuchado decir a algunas voces amigas, yo no estoy en contra de que alguien se tome unos días para reflexionar. Humanamente puedo empatizar con casi todo. Y creo además que las decisiones tomadas en caliente no siempre son las más correctas. Así que hasta ahí, de acuerdo.

Lo que ya no comparto es la decisión de Pedro Sánchez de seguir al frente del Gobierno de España. Creo sinceramente que no es lo mejor para nuestro país. Y no lo afirmo movido por mi orientación ideológica o por una línea de pensamiento que concuerda más bien poco con la del gobierno que nos dirige y nos va a seguir dirigiendo. Lo afirmo en base a datos económicos muy relevantes y absolutamente objetivos, que demuestran que desde que Pedro Sánchez accedió al poder en 2018, España ha empeorado sus ratios de manera más que sensible en comparación con las economías de su entorno.

He escuchado estos días a destacados economistas relatar algunos de los “logros” de la gestión del gobierno de Pedro Sánchez, como que desde su llegada al poder la deuda de España ha crecido en 407.000 millones de euros. O que somos la economía europea que más poder adquisitivo ha perdido desde la crisis del covid. O que nuestra renta per cápita está hoy un 15% por debajo de la media de la UE. Que somos el país con mayor desigualdad de la zona euro. Que el incremento del gasto público ha situado la deuda pública por encima del 120% del PIB. O que España recibe hoy un 60% menos de inversión extranjera que en 2018.

En resumen, España es hoy un país mucho menos competitivo y menos productivo que antes de la llegada de Sánchez al Gobierno. Es por eso, y no por ninguna otra razón subjetiva, por lo que creo que Pedro Sánchez ayer debería haber dimitido y convocado nuevas elecciones.

Desde el punto de vista económico y mercantil, nos va a costar mucho superar las consecuencias que dejan estos años de gobierno socialista. Un gobierno nefasto para los empresarios y para los emprendedores. Un gobierno que ha hecho exactamente lo contrario de lo que se le demandaba y de lo que sería razonable de cara a fortalecer la economía de un país, que, no lo olvidemos, tiene su gran soporte en las pequeñas y medianas empresas y en sus tres millones de autónomos.

Pero en lugar de apoyarnos e impulsar nuestra actividad generadora de riqueza y de empleo, lo que se ha hecho ha sido incrementar todas las obligaciones e imposiciones que existían, amén de crear otras muchas nuevas. Y no olvidemos que cada obligación que se nos impone por muy inocua que prezca, como ha sido, por ejemplo, la obligatoriedad del registro de entrada y salida de nuestros empleados, lleva acarreado un gasto añadido.

No debemos perder nunca de vista que, a fin de cuentas, la bonanza o no de la gestión de un gobierno se resume en si ha sido capaz o no de mejorar la renta y la calidad de vida de la mayoría de las personas. Y eso, es evidente que en los últimos cinco años, en España no ha ocurrido. Por eso lamento que, tras su reflexión, en lugar de dejar paso a alguien que pudiera hacerlo mejor, Pedro Sánchez haya decidido seguir al frente del Ejecutivo y castigarnos con más de lo mismo.

Castigados con más de lo mismo