Muchísimas veces desde esta sección he abogado por medidas cuya aplicación no es para nada compleja pero que aliviarían algunos de los graves problemas que acucian a la ciudadanía. Porque no todo tienen que ser grandolicuentes planes con aún mas grandilocuentes denominaciones. Al contrario, muchas veces las soluciones más sencillas, las que nos resultan más cercanas y que, a la vez, son más fáciles de llevar a la práctica, suelen ser las más eficaces. Pero no sé por qué extraña razón nuestros gobernantes se niegan a ejecutarlas en aras de otras mucho más ampulosas que deben pensar, erróneamente, que les otorgan un mayor rédito político.
Es por ello que hoy me quiero detener, apoyar y poner en valor una de esas pequeñas (o no tan pequeñas) iniciativas que no parte del ámbito político pero que tienen un carácter ejemplarizante y un beneficio social incuestionable. Quizá precisamente por resultar ajenas a la política.
Hablo de la iniciativa solidaria organizada por Chefs For Children en colaboración con el restaurante Costiña y los estrellas Michelin Mario Sandoval y Óscar Velasco para enseñar a los niños a comer de forma saludable y apoyar a los menores afectados por la diabetes tipo 1, una enfermedad autoinmune que a día de hoy no tiene cura.
Según los datos de la Fundación Diabetes Cero, una de cada 42 familias españolas convive con esta enfermedad crónica y en España se diagnostican cada año entre 1.200 y 1.500 casos de diabetes 1 en menores de 15 años.
En el caso de Galicia, según los datos del Ministerio de Sanidad, somos la cuarta comunidad autónoma en España en número de casos de diabetes tipo 1, con 17.961 pacientes, tanto adultos como infantiles. Se estima que en Galicia hay 1.100 menores de 15 años afectados por diabetes tipo 1.
A la vista de estos datos, no es difícil adivinar la trascendencia y la repercusión que iniciativas como la que hace unos días acogió el restaurante de Santa Comba, con su chef Manuel Costiña al frente. Su objetivo no era otro, y no es desde luego un objetivo menor, que promover las alimentación saludable entre los niños y jóvenes. Concienciarlos de que en ello nos va mucho, porque en buena medida de su alimentación va a depender también su salud en el futuro.
En este taller participaron niños y niñas de la asociación ANEDIA de personas con diabetes tipo 1 y dos nutricionistas (Karla Meneses y Rocío Maraver) que asesoraron y adaptaron las recetas que elaboraron los niños junto a los chefs, aportando propuestas de bajo impacto glucémico.
No puedo estar más de acuerdo con la directora general de Diabetes Cero, Sandra Campinas, cuando dice que comer sano es divertido, pero que además, “para nuestros niños y niñas, comer sano es una cuestión vital”. De ahí mi rotundo apoyo público a la iniciativa. Porque, además, si aprender a comer sano ya es importante de por sí, imagínense lo que debe ser aprenderlo de los mejores cocineros.