Vistos los Presupuestos Generales del Estado para el ejercicio 2023, creo que a nadie le queda la más mínima duda de que en España en general y en la provincia de Pontevedra en particular, no vamos a mejorar en nada comparativamente. Todos aquellos factores que podrían determinar una mejora comparativa y competitiva para nuestras empresas y negocios han quedado una vez más olvidados por el Ejecutivo, que sigue, erre que erre, empeñado en aplicar medidas trasnochadas que ya se han demostrado mil veces inoperantes. O que siempre benefician a los mismos. Generalmente, a los que tienen su salario asegurado con cargo a las arcas de papá Estado.
La presentación del proyecto de los Presupuestos Generales del Estado prácticamente ha coincidido en el tiempo con el informe del Instituto Nacional de Estadística sobre los municipios más ricos de España, los que tienen una mayor renta anual por habitante. ¿Saben cuántos concellos gallegos hay entre los 30 primeros puestos de la lista? Efectivamente. Ninguno.
Se da la casualidad, vaya por dios, de que el 70% de los municipios gallegos está por debajo de la renta nacional. Y dentro de Galicia, se da también la casualidad, mira tú por dónde, de que entre los diez municipios con mayor renta no hay ni uno solo de la provincia de Pontevedra.
Pero aún hay más. ¿Saben, cuál es la capital de provincia con un menor porcentaje de secciones censales con menor renta neta anual media por habitante según este informe, insisto, elaborado por el Instituto Nacional de Estadística? Pues sí. Bingo, de nuevo. ¡Es Pontevedra!
Y en la lista de provincias con más ingresos anuales por habitante, la de Pontevedra ocupa el número 30. Desde luego no es para sentirnos orgullosos. Alguien debería hacérselo mirar.
Pero no, al contrario, desde entidades que pagamos con el dinero de todos se saca pecho de que hemos llegado a no sé cuántos miles de visitantes, cerca del millón, en este 2022. ¿Y de qué nos sirve eso si no somos capaces de sacarles el más mínimo provecho?
Los datos del INE reafirman a las claras que el modelo de furancho más albergue no funciona. Que no genera renta. Recibimos visitantes, sí, pero seguimos a la cola de ingresos. Es decir, tenemos volumen pero no lo rentabilizamos en su justa medida. Hace 25 años los establecimientos emblemáticos del turismo en las Rías Baixas abrían todo el año. Hoy, a pesar de su condición de referencias turísticas y de símbolo de la excelencia ,foros incluidos , se ven obligados a cerrar durante muchos meses porque quienes nos visitan ya no los eligen. Optan por alternativas que prácticamente no dejan valor añadido ninguno, que solo nos sirven para cambiar cromos.
Creo que ya está bien de autocomplacencias y de sacar pecho en vano. Tenemos una oportunidad de oro. Reconsideremos las estrategias y apostemos por un modelo que de verdad nos pueda sacar de la cola en la lista de los más pobres.