La victoria de José María Aznar en unas elecciones generales, ahora ha hecho veinticinco años y que algunos lo han celebrado, supuso la consolidación de la democracia desde un proceso de normal alternancia en el poder de las fuerzas mayoritarias. En un mapa electoral en el que siempre han estado presentes los nacionalistas, los partidos del centro-derecha y del centro-izquierda han tenido que adaptarse a los cambios sociales marcados por los tiempos. En este momento en que se ha modificado el rompecabezas electoral español, el PP tiene la necesidad y la oportunidad de repensar su propuesta para seguir siendo un referente en la defensa de la Constitución, en el rigor económico, y en el protagonismo de la sociedad civil y de la libertad de los ciudadanos.