La atención a pacientes de cuidados paliativos plantea uno de los dilemas más complejos en el ámbito sanitario: ¿debe decirse siempre la verdad de manera directa?
Ignacio Novo, jefe del servicio de Hospitalización a Domicilio (HADO) del CHUS, defiende que mirar al paciente a los ojos y explicarle su situación es un acto de respeto y humanidad. Sin embargo, este enfoque plantea una reflexión profunda sobre cómo comunicamos realidades duras y cómo estas son recibidas.
La verdad como un derecho
Novo señala que la clave está en la empatía: sentarse frente al paciente, mirarlo y comunicar con claridad que su enfermedad será el motivo de su fallecimiento, por duro que resulte.
Esta conversación puede ser devastadora, pero también puede ser un paso esencial para preparar emocionalmente al paciente y a sus seres queridos para lo que vendrá. ¿Es cruel o necesario? Para algunos, es liberador conocer el horizonte que les espera; para otros, el silencio puede ser una forma de esperanza.
La otra cara: ¿quién decide cómo se informa?
No todos los pacientes desean recibir toda la información sobre su diagnóstico o pronóstico. Algunos prefieren centrarse en el presente y evitar discusiones sobre un futuro incierto.
En este sentido, los equipos médicos enfrentan el reto de adaptar su comunicación al deseo y la fortaleza emocional de cada persona. Informar no significa únicamente decir todo, sino hacerlo de una manera que respete los tiempos y emociones del paciente.
Falta de humanidad: un miedo constante
Sin embargo, una de las quejas más comunes entre los pacientes es la falta de humanidad en algunas consultas. Muchas personas acuden aterrorizadas, temiendo no solo el diagnóstico, sino la forma en que este se comunicará.
La manera en la que algunos profesionales médicos comunican la verdad puede ser fría y directa, sin un espacio para la contención emocional. Esto ha llevado a que familiares y pacientes denuncien la ausencia de sensibilidad y empatía en momentos cruciales.
El valor del acompañamiento humano
Los cuidados paliativos no solo consisten en administrar medicamentos o retirar tratamientos innecesarios. El acompañamiento, el estar presente y escuchar sin juicios, es tan importante como cualquier pauta médica.
Novo insiste en que, pese a los avances tecnológicos, el contacto humano sigue siendo irremplazable. Sentir la cercanía de un profesional puede aliviar tanto como cualquier intervención médica.
La planificación como herramienta clave
Un punto relevante en los cuidados paliativos es la planificación anticipada. Contar con recursos adecuados permitiría realizar un seguimiento más cercano y coordinarse con otras áreas médicas para prever síntomas y complicaciones años antes de que aparezcan. Esto mejoraría la calidad de vida del paciente al evitar decisiones improvisadas en momentos críticos.
Reflexión final
La afirmación de que "la gente necesita oír qué le ocurre" resume una verdad incómoda: el conocimiento puede ser una carga, pero también un acto de dignidad. Decir la verdad puede parecer frío, pero puede significar respeto y preparación.
La clave está en cómo, cuándo y con qué empatía se dice. Más allá de la información, el acompañamiento y el apoyo emocional deben ser los pilares de los cuidados paliativos, porque no solo se trata de prolongar la vida, sino de vivirla con la mayor serenidad posible.